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En estos días la gran mayoría de los docentes estamos a vueltas con las programaciones de los cursos y áreas (en algunos casos, ámbitos). Muchos de nosotros, al menos en España, lidiando además con la implantación de una nueva ley de Educación mientras mantenemos la anterior. Entre las cosas de las que más nos preguntamos entre nosotros están las relativas a la evaluación, con conceptos tales como procedimientos, instrumentos, herramientas, agentes, momentos, tipologías, que nadie termina de definir claramente. En este post abordamos las que más problemas nos están dando; como siempre, esperamos ser de alguna ayuda.

En la gran mayoría de los currículos nuevos dice, entre otras cosas, que para la realización de la evaluación se utilizarán instrumentos de evaluación variados, diversos, accesibles y adaptados a las distintas situaciones de aprendizaje, que permitan la valoración objetiva de todo el alumnado, garantizando el derecho del alumnado a una evaluación objetiva y a que su dedicación, esfuerzo y rendimiento sean valorados y reconocidos con objetividad, atendiendo a las características de la evaluación dispuesta en la legislación vigente, y, en particular, al carácter global, continuo y formativo de la evaluación.

Están marcando (y suponemos que Inspección va a pedirnos) un desglose más exhaustivo de la evaluación en estos términos. La idea es que al utilizar distintas herramientas para la evaluación se favorece que ésta sea personalizada, esté contextualizada, sea horizontal (utilizando la coevaluación y la autoevaluación como técnicas habituales), sea permanente y continua (como contraposición a las evaluaciones puntuales) y sea, además, visible y compartida con el alumnado.

En este contexto, para poder verificar que las competencias están siendo alcanzadas por el alumnado, se programarán dos aspectos básicos de la evaluación, procedimientos e instrumentos de evaluación, que definimos de la siguiente manera:

  • Procedimientos de evaluación: responden al modo en el que se lleva a cabo la recogida de la información.
  • Instrumentos de evaluación: van asociados a los procedimientos seleccionados. Hay varias maneras de clasificarlos; simplificando, los dividimos en herramientas (medios o recursos que se utilizan para recoger, registrar y analizar las evidencias de aprendizaje) y producciones (evidencias directas y/o producciones del propio alumnado, en diferentes formatos).

Asimismo, y dentro de la organización de los procedimientos e instrumentos para la evaluación, hemos de consignar el agente asignado a cada uno de ellos, siendo la evaluación según los agentes posibles:

  • Heteroevaluación: Se denomina así cuando el proceso de evaluación lo realiza el docente, observando los logros, procesos, conductas y rendimientos del alumnado.
  • Coevaluación: Se denomina así cuando el proceso de evaluación lo realizan entre iguales, es decir, el alumnado entre sí.
  • Autoevaluación: Se denomina así cuando el proceso de evaluación lo realiza el propio alumnado respecto de sí mismo. Este proceso se ha de desarrollar a partir de la reflexión individual, y debe ir encaminado a que el alumnado desarrolle su capacidad para identificar y valorar sus logros, fortalezas y limitaciones, utilizándose como factor motivador del aprendizaje.

La organización de todos estos recursos, planteamientos y agentes se articula de acuerdo con el siguiente gráfico.

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