Se ha llevado a cabo un estudio de la Universidad de Maryland sobre la incidencia en el aprendizaje del uso de ambientes virtuales inmersivos (Realidad Virtual) en contraposición a los sistemas más habituales en el ámbito educativo incluyendo ordenadores o tablets.
El entorno de realidad virtual utilizado fue el clásico de la codificación mnemónica espacial del «palacio de la memoria», aprovechando la habilidad del cerebro humano para organizar espacialmente los pensamientos y recuerdos.
Los resultados mostraron una mejoría general de 8.8 por ciento en recordar con precisión usando los dispositivos de Realidad Virtual, un número estadísticamente relevante según el equipo de investigación.
Este estudio puede servir para sentar las bases de otras investigaciones científicas sobre el valor de la RV y la realidad aumentada (RA) para la educación, desde una escuela primaria hasta cirujanos residentes.
Para comprender mejor estos resultados, basta con recordar algunas cosas que ya sabíamos: cuando el cerebro considera una información relevante la archiva de manera que sea fácilmente recuperable; dependiendo del sentido a través del que recibamos la información, el cerebro la almacena de una manera determinada (incluyendo la variabilidad individual, todos conocemos personas que recuerdan mejor lo que oyen o que tienen memoria visual).
En la enseñanza tradicional se utilizan el sentido de la vista y del oído principalmente (se explican los conceptos de forma verbal con apoyo visual), añadiéndose ocasionalmente la manipulación de objetos al tándem.
Las emociones también son una parte importante de la ecuación de la memoria. Dependiendo de su tipología e intensidad pueden bloquear o potenciar la memoria. Las emociones positivas tienden a potenciar experiencias de aprendizaje, mientras que las negativas, tales como el miedo o la furia, tienden a crear recuerdos traumáticos más que a estimular el aprendizaje.
Por tanto, es fácil darse cuenta de que, en lo relativo al aprendizaje, tanto la Realidad Virtual como la Realidad Aumentada tienen un impacto sensorial y emocional mucho mayor que las técnicas tradicionales. Sin embargo, no es suficiente con crear un entorno en estas realidades para generar un aprendizaje eficiente; diseñar un entorno virtual de aprendizaje efectivo requiere tanto experiencia técnica como docente.
En este sentido, algunos autores afirman que para que una experiencia de realidad virtual sea efectiva solamente cuando se den las siguientes características: generar auténtico sentimiento de inmersión en el mundo virtual, poder comprobar los aprendizajes generados en dicho entorno y poder interactuar activamente con él.
En cualquier caso, y a pesar de que los estudios realizados van acotando el tema y las metodologías, todavía falta mucho para poder desarrollarlas primero, y disfrutarlas después, en nuestras aulas. Aunque cada vez parece estar más cerca. Algunos, incluso, jugamos con ellas desde algunas apps ya hace unos meses.